miércoles, 9 de octubre de 2013

Deseos y realidades

En nuestro boletín de julio de 2001 (disponible en este enlace), criticábamos la preceptiva autorización de la Administración en los E.R.E. Al editorial de dicho boletín nos remitimos y en esencia veníamos a decir, que no entendíamos como los Inspectores de Trabajo actuantes, cuyos informes a pesar de no ser vinculantes, se seguían por la Autoridad Laboral en más del 85% de las resoluciones administrativas, podían en un plazo de 48 horas, conocer mejor las empresas que los propios empresarios, para proponer las medidas que consideraran más convenientes.

No estábamos de acuerdo porque eso suponía unos Inspectores actuantes omnisapientes y omnipotentes. Afortunadamente la reforma laboral, ha venido a darnos la razón y la Administración Laboral, tanto la Autoridad como la Inspección, han quedado relegados a lo que siempre tenía que ser, el control de la legalidad.


En el boletín de octubre de 2013 (disponible en este enlace), mantenemos la postura de que como consecuencia de que entre el 92 y el 95% de las empresas que acuden a un Concurso, se liquidan, es necesario vencer esta inercia y pretender que el Concurso de Acreedores sirva para lo que realmente debe servir, cual es el superar una situación provisional de liquidez y poder alcanzar acuerdos que hagan posible la viabilidad, aunque tengan que ser medidas que supongan quita y espera.

Para ello consideramos, algunos aspectos básicos. En orden a los Privilegios, Hacienda Pública (que no somos todos, como decía el slogan. En todo caso, los políticos y gobernantes), Seguridad Social, Banca y Trabajadores.

Ya sabemos que lo que vamos a decir, supone un ataque al Estado y a su principal aliado, la Banca. Luego hablaremos de los Trabajadores.

La imposibilidad de pactar con la Hacienda y Seguridad Social, así como con la banca hipotecaria, hace que la mayor parte de los Convenios, que podrían alcanzarse, sean inviables. Como tienen la “sartén por el mango”, ¿Por qué no obligarles por Ley a aceptar la quita y espera igual al resto de los acreedores? ¿Es acaso más rentable para el Estado, el cierre de la empresa, el impago de la deuda en la mayor parte de las ocasiones, el dejar de ingresar nuevos impuestos, nuevas cotizaciones y nuevos salarios y creación de riqueza?

No nos vale la afirmación de que con ello sufrirían los ingresos y la recaudación y que los bancos no concederían hipotecas. Lo primero no es cierto, en el medio y largo plazo y ello se entroncaría con la discusión de bajar impuestos y recaudar más o subirlos y recaudar menos. En cuanto a las hipotecas, el Banco es un Proveedor más, no de servicios o materiales, sino de dinero. Que siempre está en una situación de privilegio respecto del resto, porque conoce la variación del negocio día a día.

Ahora que está de moda la ampliación de penas en el Código Penal, amplíese al defraudador declarado como tal, pero no tengamos permanentemente en cuenta el principio de presunción de culpabilidad, en lugar de inocencia, que tiene la Administración respecto del empresario. El que la haga, que la pague, pero no “acojonemos” constantemente al creador de empleo y de riqueza, ahora que el Estado no lo es.

En cuanto al art. 44 del E.T., que desaparezca la sucesión de empresa, para que una empresa que no es viable y se vé abocada al cierre, pueda recuperar actividad y puestos de trabajo a través de otra. Para eso está la protección del FOGASA y también la aplicación de la Ley, cuando la sucesión haya sido declarada delito, como dice el artículo, pero no antes. Actuemos contra los empresarios que desaparecen de “rositas” y aparecen bajo otras modalidades y “testaferros”, pero no presupongamos nuevamente la culpabilidad, que debemos perseguir, y respetemos la presunción de inocencia. 

¡Ojalá! que algunos de estos deseos, se conviertan pronto en realidad, si de verdad existe intención política de salvar el tejido empresarial y no pensar exclusivamente en un afán recaudatorio que se vuelve siempre en contra del objetivo perseguido. 

Quizás dentro de algún tiempo, podamos decir también que estos deseos se han convertido también en realidad.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario